La Casa Para El Estudio de La Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero abrió sus puertas el 5 de abril, día del cumpleaños del hombre por el que lleva su nombre
Los vecinos de la parroquia Altagracia cuentan con una estructura colonial dedicada a la historia y la cultura. La Casa Para El Estudio de La Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero cuenta con un equipo especializado en el esparcimiento y la academia, según sus fundadores y trabajadores.
Este recinto tiene un aproximado de 120 a 130 visitantes por día. El personal de la casa asegura que están capacitados para recibir gente de cualquier edad, porque cuentan con distintas áreas de esparcimiento, la biblioteca, que está dotada para investigaciones de alto rango y para uso escolar, y por los distintos talleres, charlas y exposiciones que brinda la programación de La Casa. Y aunque su público meta es la educación básica, hay actividades para todas las edades, siempre sin fines de lucro.
El video promocional de la casa restaurada por la Fundación Empresas Polar resalta el valor familiar y educativo de este espacio. Leonor Mendoza de Gómez, directora de la fundación habla del aspecto sentimental que tiene la casa para ella, porque allí fue que se crió su padre, Lorenzo. “Tiene un sentido netamente familiar. Hoy por hoy, forma parte de Fundación Empresas Polar porque fue un deseo de mi papá”.
Entre los entrevistados en el video hay maestras de primaria y profesores de historia, que coinciden en apuntar que La Casa es un lugar que proporciona una enseñanza en vivo para los estudiantes, que es un oasis dentro de la agitada ciudad de Caracas y que la biblioteca es muy completa.
La Directora de La Casa, Elisa Mendoza de Pérez rememora lo que fue esa casa para su familia “Se bañaban en la piscina de arriba, acá aprendieron a montar bicicleta. Aquí estamos en pleno centro de Caracas, pero entras aquí y sientes paz”.
El video es una recopilación de testimonios e imágenes de La Casa Para El Estudio de La Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero, de sus espacios y de las actividades que ahí se realizan. Está ambientado con música instrumental tradicional venezolana en el fondo y muestra fotos de la casa cuando era de uso familiar de los Mendoza.
Silvia De Mascarenhas
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